Probablemente fue esta serie de televisión la que se instaló en mí como una semilla y germinó tras los años como Forest.a.
Muchos la recordaran por la música, otros por la emotiva animación de los títulos de crédito del principio, pero tal vez algunos la recuerden por el inusual acercamiento al mundo vegetal, en imágenes que parecían retratar un universo invisible a ojos adormecidos.
Luces que revelaban texturas increibles, macros que relativizan el concepto « insignificante », tomas a cámara lenta que hacían desear el momento eterno.
Esta serie francesa rozaba la exquisitez en la selección de los especímenes, bien por su aspecto o por sus eventos vitales, ya fuesen modelo de extrema fragilidad o belleza, o resultasen bizarros e incluso repulsivos. Con ello alcanzaron la maestría en hacernos ver las plantas de una manera completamente nueva, en atraer nuestra atención, en estimular nuestros cinco sentidos, en imbuirnos deseos de conocer más.
Las plantas se mostraban como seres extraordinarios, envueltos en sucesos excitantes, preciosos, únicos. Sucesos que en la vida cotidiana parecían estarnos ocultos, mantenerse en secreto a nuestros ojos, la serie nos los revelaba, brindándonos la oportunidad de presenciar aquella maravilla natural, desde una intimidad que nos hacía sentir privilegiados.
Los inquietantes hongos, a medio camino entre el mundo vegetal y el animal, los insectos, eternos amantes de las plantas, el hombre, completaban un tapiz hipnotizante, embriagador.
Estoy intentando conseguir los videos doblados al español para mostrarlos aquí. Por ahora solo podemos disponer de los videos franceses, existentes en youtube, que al final del artículo os facilito. Mientras tanto disfrutad de algunas imágenes que, aunque antiguas, estoy segura que serán capaces de retrotraer a todos los que amamos las plantas a aquellos momentos mágicos de la televisión de nuestra infancia.